Lomas del Mirador, 24 de octubre de 2011
Leffe, blonde.
Las cervezas
belgas tienen un perfil particular que las distinguen de cualquier otra cerveza
porque son fermentadas con levaduras especiales nativas de su país de origen y
a temperaturas no tan bajas. Eso genera aromas y sabores que, en cervezas a las
que estamos acostumbrados a tomar normalmente, no se perciben con tanta
facilidad. Por eso, al consumidor que normalmente toma la típica cerveza lager
rubia de supermercado, puede no gustarle esta cerveza.
Hizo lindo
ruidito a gas al abrirla, y al servirla generó una espuma muy abundante que
tardó mucho en bajar. El aroma se siente frutado…, muy frutado. Al probarla se
siente bien carbonatada, chispeante como la soda, de sabor agradable pero
ligeramente ácida. Los 6,6% de alcohol se sienten desde el primer sorbo. Luego
de tragar se siente el amargor leve que deja en el paladar.
Probé algunas
cervezas belgas y les aseguro que cuesta acostumbrar el paladar a una cerveza
de esas características pero para tener una iniciación con este estilo, la Leffe es una buena cerveza,
que no tiene tanta agresividad con el paladar no acostumbrado.
Es rica, pero
tiene un sabor muy especial, no se la recomendaría a ninguno de mis amigos, y
cuando tenga ganas de disfrutar del sabor de una buena cerveza refrescante y
agradable no destaparía una Leffe ni por casualidad.