Lomas del Mirador, 24 de Marzo de 2011
Quilmes, Cristal
Es más que obvio
que hace mucho que tomo esta cerveza, como todos los argentinos que tomamos
cerveza. Pero desde que comencé a hacer mi propia cerveza ya no la compro.
Haciendo memoria, creo que no la compro desde hace casi 2 años. Como referencia
para comparar con otras, esta cerveza tradicional argentina, no podía faltar en
este blog al igual que otras tantas marcas conocidas que iré probando.
La fama de la Quilmes Cristal , en los últimos
tiempos, estuvo decayendo por rumores que son vox populi sobre malestares
producidos después de su ingesta, especialmente en verano. Cada vez más gente
dice que la Quilmes
hace mal, que produce dolor de cabeza y malestares hepáticos. Y algunos la
bautizaron “Kill me s”.
Sin embargo sigue
siendo la mas vendida. Sin más preámbulo, vamos a la degustación de este líquido
tan famoso.
Me pareció muy
novedoso el indicador de temperatura que tiene la etiqueta que al natural es
blanca y cuando ronda los 5º C (temperatura de heladera) aparece el símbolo de
frío en color gris. La tapa es la tradicional de chapa tipo corona pero el
sistema de apertura es Twist-off (a rosca). Al abrirla hizo ruidito, al
servirla espuma abundante que se reduce pero no desaparece. De color dorada muy
pálida, bien nítida y transparente. El aroma… tiene olor a cerveza, no se
siente frutado ni ácido, ni lupulado. Solamente tiene olor a cerveza, no puedo
describirlo, es el aroma que tuvo siempre. Al tomarla me llevé una sorpresa. Se
percibe la sensación chispeante en la lengua generada por la carbonatación de
media a alta y se notan sin dificultad la presencia de alcoholes superiores. El
sabor a malta es tan leve o casi nulo que al terminar cada sorbo no deja sabor
a nada en la boca. Como al tomar agua o soda. El lúpulo casi no se percibe,
apenas un dejo leve de amargor. Al terminar el porrón, los alcoholes superiores
me producen un leve dolor de cabeza.
No quiero marear
al lector con tanta descripción. Que la cerveza sea tan liviana que parece agua
con gas, muchos no lo consideran un defecto, sinó una forma de ofrecerle al
consumidor un cerveza tan liviana que se puede tomar como agua y que sea
refrescante, que de hecho, lo es. Pero hay algo que es indiscutible, la Quilmes cristal, hace
algunos años, no era así. Y, por otro lado, que sí destaco como defecto, son la
presencia de alcoholes superiores, es imperdonable.
Conclusión: Esta
cerveza me pareció apropiada para consumirla bien fría en los días de calor. Es
refrescante y saca la sed pero no le sentí demasiado gusto a cerveza y me dio
dolor de cabeza. No la volvería a comprar.
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